Los economistas prevén una variación trimestral de entre 0.0% y 0.1% frente al último cuarto de 2020. De confirmarse, el PIB hilaría seis trimestres consecutivos a la baja en términos anuales.
Las medidas restrictivas para reducir los contagios de COVID-19 y un desabasto de energéticos en febrero se reflejarán en un nulo crecimiento para la economía mexicana en el primer trimestre de 2021, coinciden analistas del ámbito económico.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) publicará el próximo viernes la estimación oportuna del PIB durante el primer trimestre, donde los economistas prevén una variación trimestral de entre 0.0% y 0.1%, frente al último trimestre de 2020.
Con el pronóstico de Citibanamex coincide Jonathan Heath, subgobernador del Banco de México, quien prevé un nulo crecimiento para el primer cuarto de 2021, y a un año de intermitentes paros de actividades económicas para evitar la propagación del coronavirus.
Las expectativas fueron ajustadas tras darse a conocer el IGAE del INEGI, que cayó 5.1% anual, más de lo esperado por el propio instituto: -4.0%, principalmente por caídas de los sectores de servicios y manufacturas.
“Con este dato, esperamos una tasa alrededor de 0.0% para el primer trimestre del año. Un inicio no tan bueno para la recuperación”, escribió Heath en su cuenta en Twitter, el lunes pasado.
Datos oportunos del INEGI, detallaron que la actividad de los servicios, componente importante en el cálculo del PIB, descendió 32.8% en marzo pasado frente al mismo mes de 2020.
Seis trimestres a la baja
La segunda mayor economía de América Latina sufrió en 2020 una contracción de 8.5%, su peor desempeño desde 1932 durante la Gran Depresión, por el devastador golpe de la pandemia.
A tasa interanual, el PIB habría registrado un retroceso de 3.5% en el primer trimestre, frente a una caída de 4.3% en cifras originales del periodo previo, según el sondeo de Reuters. De concretarse la proyección, hilaría seis trimestres consecutivos en declive.
En las primeras semanas de este año, algunas actividades productivas y sociales siguieron suspendidas debido a restricciones impuestas por las autoridades.
Adicionalmente, México resultó afectado durante febrero por una escasez de gas natural como consecuencia de una ola de frío extremo en Estados Unidos, especialmente en Texas, que provocó cortes de energía y cierres de fábricas en estados del norte del país latinoamericano.
