¿CUÁLES SON LAS TECNOLOGÍAS DE VIDEOVIGILANCIA MÁS DESTACADAS?

La videovigilancia es uno de los sectores de la seguridad al que más le está afectando la llegada de las nuevas tecnologías. Sobre todo tras el proceso de digitalización que está experimentado la sociedad. Un ejemplo claro de ello es la pandemia, ya que a los usos tradicionales de la seguridad se le han sumado los relativos al conteo de personas, mapas de calor, control de aforos, etc. Unas herramientas que trascienden al plano marketiniano.

Tecnologías de videovigilancia: nube y ciberseguridad

Otra de las tecnologías disruptivas que está teniendo y tendrá gran importancia en la videovigilancia es la nube. Sobre todo, a raíz de su flexibilidad. Es más, para Alonso, «habrá cosas que no se podrán hacer sin el cloud». Y ante las dudas que pueda suscitar en términos de seguridad, este profesional recuerda: «La nube es mucho más segura que cualquier cosa que se pueda poner en una instalación».

Sin embargo, es importante mencionar que los fabricantes de videovigilancia deben tener en cuenta desde el diseño la ciberseguridad. Eso sí, no se puede asegurar con rotundidad que un fabricante de cámaras ofrezca un producto cien por cien ciberseguro.

Como tampoco se puede afirmar que la videovigilancia equivale a una invasión de la privacidad. «Ahora las cámaras capturan datos, pero no necesariamente la identidad. Hay veces que no se ve la cara de las personas o las matrículas de los coches», explica el representante de Axis Communications.

Últimas innovaciones en videovigilancia

Otra de las tecnologías más destacadas en materia de videovigilancia es el audio. Aunque este se utilice en seguridad desde hace años, desde la empresa sueca abogan por que comience a ser IP e inteligente. Se trata de interactuar con la escena, en poner la escena a favor del usuario, a favor de la seguridad y de la protección.

Finalmente, cabe destacar la incorporación de cámaras corporales, muy importantes debido a su relación con la protección. Sobre todo para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y la seguridad privada. Y también la tecnología radar, interesante para la detección independientemente del clima y de la luz.

Reflexión sobre el desarrollo de la tecnología de videovigilancia

Durante los próximos años habrá nuevas posibilidades y aplicaciones que determinarán el desarrollo de la tecnología de videovigilancia. En primer lugar, seguramente, el análisis basado en video con inteligencia artificial (IA), encontrándonos ahora en el pico del hype cycle: en algunas áreas, las expectativas resultarán ser demasiado altas; en otras, habrá aplicaciones que aún no podemos ni imaginarnos, cuando IA, edge computing/IoT, análisis de big data y plataformas de software modulares aporten a pleno rendimiento su potencial cooperando entre ellos de diversas formas.

Es importante entender que, también en el análisis y las tecnologías relacionadas, el secreto está en el esmero. Un análisis solo puede ser tan bueno como la calidad de los propios datos de análisis. Con ello, la calidad de captación y tratamiento de imagen obtiene una importancia aún mayor. El problema óptico fundamental es que, sobre todo en superficies grandes, se necesitan demasiadas cámaras o se entablan batallas de megapíxeles sobrecargando la infraestructura y presupuestos.

Algo similar ocurre con las redes neuronales: la creación de redes neuronales específicas para el cliente, adaptadas a las respectivas exigencias y cuidadosamente formadas, será cada vez más importante. En ese sentido, esperamos un cambio de rumbo, alejándose de los productos en masa de bajo coste y volviendo a la calidad de la ingeniería. En general, vamos a ver que, en el futuro, las cámaras van a ir evolucionando aún más hacia el sensor de datos óptico. Con ello, se abren más y más campos de aplicación que van a tener poco o nada que ver con la vigilancia clásica.

Ciberseguridad y privacidad

Es interesante que justo en muchos planteamientos de IA ni siquiera hayan empezado a pensar seriamente en el tema de la ciberseguridad. Imagínese qué daños podrían causarse, por ejemplo, manipulándose el reconocimiento de señales de tráfico en la conducción parcial o totalmente autónoma, cuando, de repente, una señal de stop se sustituye por una limitación de 80 km/h. Cuanta más autonomía concedamos a nuestros sistemas de asistencia –y no es distinto en la tecnología de vídeo cuando deben minimizarse, p.ej., falsas alarmas–, más importante se hacen los temas de protección de datos y seguridad de datos.

Esperamos un cambio de rumbo, alejándose de los productos de bajo coste y volviendo a la calidad de la ingeniería

Junto a las múltiples posibilidades técnicas y organizativas de minimizar el daño, vemos aquí también ventajas muy claras en los fabricantes europeos o alemanes. Nuestra comprensión occidental de la privacidad, independencia política y derechos humanos se ha formado históricamente bajo mucho sufrimiento. Protección de datos y seguridad de datos están, por así decirlo, en nuestro ADN cultural. Y aunque suene fuerte, opino que fabricantes y clientes deberían volver a asumir juntos más responsabilidad en el futuro, también, y no en último lugar, por nuestros propios mercados.

En esto se incluye no elegir por impulso siempre la solución más económica –por cierto, muchas veces solo a primera vista–, sino aquella que manifieste la mayor responsabilidad ética. Quizás, esta es entonces, precisamente por ello, la más segura.

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