Por Antonio Fernández
La victimización consiste en la medición del número de víctimas por cada cien mil habitantes, de esta forma se puede medir la incidencia delictiva en cada ciudad, estado o país, entre los cuales México ocupa desgraciadamente los primeros lugares.
El término de seguridad pública tiene diferentes acepciones; sin embargo, podemos decir que se entiende como la garantía que debe brindar el Estado para el libre ejercicio de los derechos de todos los ciudadanos, para ello debe ejercer diversos instrumentos y aplicar las leyes.
En nuestro país el Inegi publicó la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de la Seguridad Pública 2019 (Envipe), la cual se realiza mediante el estudio de opinión de más de 102 mil casos muestra, expresando la opinión y experiencia de los encuestados respecto de la inseguridad. A través de esta encuesta se permite determinar la cifra negra (delitos no denunciados), así como la confianza que se tiene en los órganos de justicia y seguridad.
En los resultados de la Envipe para 2018 se registraron 33 millones de delitos, por lo que tenemos que una de cada tres personas en México fue víctima de la delincuencia el año pasado, aún así la tasa de victimización bajó levemente, pasando de 29,746 a 28,269 delitos por cada cien mil habitantes, teniendo el mayor índice la Ciudad de México.
El costo de la delincuencia en el año 2018 fue de 286 mil millones de pesos, que son las pérdidas que sufrieron la víctimas; sin embargo, lo más importante es la cifra negra que arrojó el estudio, que fue de 93.2 por ciento, es decir, el porcentaje de delitos no denunciados, principalmente por la falta de confianza en las autoridades y en que obtengan un buen resultado.
Las costumbres de los mexicanos han cambiado, según nos muestra el estudio, pues 70.9 por ciento tiene temor de salir a la calle, por ello cada vez más personas evitan salir; 65.5 por ciento tiene temor de salir a carretera, por lo que las personas ya no manejamos por la noche en carretera, evitamos carreteras de ciudades con altos índices de violencia, como son Tamaulipas, Guerrero, Veracruz y Michoacán; otro fuerte cambio en las costumbres consiste que 71 por ciento de los padres siente inseguridad de dejar salir a sus hijos a la calle, es una tristeza que los niños de hoy ya no puedan organizarse con los vecinos para salir a jugar, como sí lo hicimos sus padres; 60.9 por ciento de las personas dejó de usar joyas por el temor a que se las quiten.
Como podemos ver los mexicanos seguimos en la ruta de la violencia, del miedo, de la desconfianza en nuestras autoridades y cambiando nuestras costumbres, como diría Darwin, adaptándonos para sobrevivir, aun así no todos lo logran, esperamos mejores resultados el próximo año.
