REGULACIÓN DE LA SEGURIDAD PRIVADA

El 7 de enero se cumplieron 14 años de existencia de la Dirección General de Seguridad Privada del gobierno federal y todo parece indicar que falta por detonar todo su potencial como auxiliar de la autoridad formal en materia de prevención del delito.

Es un honor para el autor de ésta columna haber sido impulsor de este proyecto que con el paso del tiempo se convertiría en la instancia encargada de regular el funcionamiento y operación de las empresas que ofrecen servicios de seguridad privada a nivel nacional.

Como Subsecretario de Estrategia e Inteligencia Policial a nivel federal me correspondió sentar algunas de las bases rumbo a la consolidación de dicha Dirección General ya que ésta dependía de la subsecretaría a mi cargo y desde entonces se mantiene vigente.

En ese entonces la seguridad privada era un campo poco explorado y por lo mismo solo unos cuantos se imaginaban que las empresas del ramo llegarían a aglutinar a más de 700 mil elementos, es decir poco más del doble que los integrantes del Ejército Mexicano, Armada de México y la Guardia Nacional juntos, tal como nos lo hizo saber el fundador de la Asociación Mexicana de Empresas de Seguridad Privada (AMESP) y hoy presidente de las Agrupaciones de Seguridad Unidas por un México Estable (ASUME) Mario Espinoza Bolougne, en su larga e ilustrativa entrevista publicada por “Milenio” diario el 1° de enero de 2022.

Lo paradójico del caso es que ni con tal cantidad de guardias y demás profesionales de la seguridad, el Congreso de la Unión haya expedido la Ley en la materia y tampoco se vislumbre para cuando.

Peor aún, ni sus capacidades tecnológicas, de inteligencia e incluso de ciberseguridad han sido aprovechadas por las autoridades federales y estatales en términos de prevención del delito, pese a que han demostrado tener la voluntad y la capacidad para hacer frente a las conductas delictivas en términos de seguridad privada en apoyo a las autoridades.

Las capacidades del sector se han ampliado tanto que hoy abarcan la clásica seguridad intramuros, el traslado de valores, revisiones en aeropuertos y puertos, seguridad corporativa, inteligencia, ciberseguridad, resguardo de plantas industriales, trenes, custodia y rastreo satelital de camiones con mercancías en el sistema carretero nacional, protección ejecutiva, blindaje de vehículos, capacitación, evaluación y control de confianza y un largo etcétera.

Por las oficinas de la Dirección General de Seguridad Privada han pasado hombres entregados en cuerpo y alma a la seguridad sin condicionar apellido alguno, entre ellos su fundador el Mtro. Armando Reynoso y el Mtro. Juan Antonio Arámbula, quien se distinguió por su apertura hacia el sector, su capacidad para escuchar y gestionar los apoyos que las empresas demandaban sin apartarse del marco legal.

El día de ayer tomó posesión de dicho cargo el Mtro. Ignacio Hernández Orduña a quien las 153 empresas que integran la AMESP de inmediato dimos la bienvenida y manifestamos nuestro beneplácito por su designación esperando el mejor de los entendimientos para trabajar de manera cercana y coordinada por el bien del país.

Por lo pronto en Cyber Black manifestamos nuestro compromiso de ir más allá de solo resguardar inmuebles sino que ofrecemos soluciones integrales en seguridad, incluyendo los riesgos intangibles que corren a través de internet pero que si no se atienden pueden afectar los procesos productivos, cadenas de suministro y el bienestar de las familias, incluso la viabilidad de algunas instalaciones estratégicas, por eso apostamos por la ciberseguridad y la “inteligencia que protege”.

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