HÁBITOS QUE AYUDAN A OPTIMIZAR Y PRESERVAR LAS FINANZAS PERSONALES

Desarrollar buenos hábitos de consumo nos ayudará a fortalecer nuestra disciplina financiera y tener un buen desempeño en la ejecución del presupuesto familiar. En tal sentido, le proponemos desarrollar una serie de buenas prácticas y hábitos que repercutirán positivamente en sus bolsillos:

1. Guardar y contabilizar los vouchers de nuestras compras: Cada vez que realizamos una compra con nuestra tarjeta de débito o con la de crédito nos dan como recibo un papelito que parece insignificante, pero que es muy importante para nuestro control financiero. Muchos prefieren echarlo a la basura, pero las personas que llevamos un presupuesto lo usamos como constancia de nuestros consumos diarios y así poder hacer una relación de gastos con el objeto de saber nuestra ejecución presupuestaria. Incluso, estos papelitos o vouchers son fundamentales a la hora de exigir o quejarnos cuando nos han vendido algo incompleto o nos han duplicado el pago de una compra.

2. Ir sin apetito al supermercado: Está demostrado que cuando uno va con mucho apetito al supermercado la probabilidad de comprar más de lo previsto es más alta. Por eso se recomienda ir bien satisfecho para evitar incurrir en compras de alimentos o “gustitos” desproporcionados. Una buena idea es ser disciplinado y escribir una lista de necesidades y cumplirla a rajatabla.

3. Guardar las facturas y garantías de nuestras compras de consideración: Para evitar desavenencias en el futuro e impedir potenciales gastos extras es una muy buena idea guardar en un lugar seguro las facturas, garantías, cotizaciones y toda aquella documentación de suplidores tales como tiendas de electrodomésticos, tiendas de computadoras y laptops, pasajes aéreos, inscripciones en maestrías o diplomados, dealers de vehículos o de celulares, etc. Tener estos documentos a la mano nos ayudan a poder exigir cuando se presenten desperfectos que puedan ser costeados por el suplidor.

4. Contratar un buen seguro médico: Si hay algo que puede afectar negativamente las finanzas del hogar son los gastos médicos, sobre todo si provienen de una enfermedad grave, pues los montos pueden ser exorbitantes. Tener una buena cobertura de salud es fundamental ya que altos costos médicos van a erosionar todos nuestros ahorros e irremediablemente nos conducirían al endeudamiento tóxico. Este tipo de seguro es mejor tenerlo y no usarlo, que necesitarlo y no tenerlo.

5. Diseñar un plan de control para los gastos del hogar: Manejar de forma efectiva los gastos del hogar es un trabajo en equipo. Cada miembro de la familia debe tener una responsabilidad asignada como apagar la luces de las habitaciones cuando no haya nadie, apagar los aires acondicionados cuando no se están usando, llevar un control de la despensa, revisar si hay algún electrodoméstico dañado o que no esté funcionando correctamente, llevar un control cronológico del consumo del gas, cerrar plumas y llaves que estén goteando, monitorear que el servicio esté haciendo un uso comedido de los materiales gastables y de limpieza, etc.

6. Evitar los gastos hormigas: Son aquellos gastos pequeños, que se consideran insignificantes, pero que al calcular su monto en conjunto resultan en una cantidad de consideración. Muchas veces, son gustos o pequeños placeres que las personas nos damos al salir del trabajo, tomar un café con amigos o bebernos par de cervezas heladas o cuando entramos a una tienda y nos antojamos de cualquier chuchería. Pues cuando uno no se controla y hace de esto una costumbre, podemos incurrir en compras improductivas y gastos de consideración.

7. No monetizar demasiado el ocio: Aunque se considera una buena práctica incluir en nuestro presupuesto familiar una partida para el ocio, hay muchas cosas de la vida que podemos disfrutar sin tener que desembolsar dinero. Ver una puesta del sol, tener una buena conversación con amigos, participar en tertulias literarias, ir a sesiones de cine en centros culturales, ir a museos, sentarse en un parque a leer un buen libro, tomar un curso gratis de cocina o manualidades, jugar con nuestros hijos, ver documentales y películas en casa, jugar ajedrez o dominó con amigos, participar en obras de caridad o talleres de crecimiento, meditar y conversar con el Señor, son actividades maravillosas donde no tenemos que gastar dinero.

Si observamos la vida de algunas de las personas más ricas del mundo como Warren Buffett o Bill Gates nos daremos cuenta, que, a pesar su enorme fortuna, son personas austeras, frugales y que no incurren en grandes despilfarros y mantienen un estilo de vida sencillo. No tiene sentido tener bienes materiales si no los podemos disfrutar por que todo está fundamentado en el endeudamiento.

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