ELECTROMOVILIDAD Y NEARSHORING: LA OPORTUNIDAD LOGÍSTICA

Por Javier Nova

La electromovilidad y el nearshoring son dos tendencias que están cobrando un papel relevante y presentando desafíos significativos en el ámbito de la logística.

Como pilar fundamental de la transición energética nos encontramos con la electromovilidad, que consiste en el empleo de vehículos eléctricos en operaciones de transporte y logística. Esta transición hacia vehículos eléctricos se integra en las estrategias de las organizaciones con el objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y promover la sostenibilidad en la industria del transporte.

De acuerdo con un análisis realizado por Deloitte, el nearshoring se configura como una estrategia empresarial que busca disminuir costos y acelerar los tiempos logísticos al acercar, en parte o en su totalidad, la producción al consumidor final. A los beneficios económicos de esta estrategia se suma un impacto positivo adicional que se traduce en la reducción de las emisiones de carbono relacionadas con la logística y el transporte de productos a larga distancia, al tiempo que se fortalece la agilidad de la cadena de suministro, en consonancia con la transición de la logística de flotillas industriales.

Esta relevancia la vemos reflejada en:

  • Reducción de emisiones: la proximidad a los mercados reduce distancias, costos y emisiones de carbono.
  • Menores costos operativos: se debe a la eficiencia energética y a la disminución de la necesidad de mantenimiento.
  • Cumplimiento normativo: los gobiernos, en diversas regiones del mundo, están intensificando su regulación ambiental. La electrificación ayuda a las empresas a evitar multas y sanciones vinculadas a emisiones contaminantes.
  • Reducción en los tiempos de entrega: la cercanía a los mercados facilita entregas más rápidas, lo que puede mejorar la satisfacción del cliente y la competitividad.
  • Incentivos gubernamentales y fiscales, como la reducción de impuestos.
  • Desarrollo de infraestructura de carga en ubicaciones estratégicas para estaciones de carga.
  • Educación y concienciación: garantizar que las empresas del sector industrial estén al tanto de las políticas y regulaciones relacionadas con la electromovilidad.

Un ejemplo de estos puntos es el respaldo del gobierno de la Ciudad de México a la utilización de energías limpias en el transporte de carga a través del “Programa de Autorregulación y Electromovilidad”. En dicho programa, empresas de diferentes industrias se comprometen a reemplazar anualmente al menos el 5% de su flota pesada de vehículos de combustibles fósiles por vehículos eléctricos.

En el amplio espectro de soluciones disponibles en el mercado, resulta esencial contar con modelos analíticos en combinación con capacidades como el diagnóstico proactivo, la reparación guiada y el mantenimiento y servicio avanzados. Estas herramientas garantizan un óptimo rendimiento de las flotas de vehículos eléctricos. La gestión y el seguimiento de flotas a gran escala serían un desafío si se abordan de manera manual.

La sinergia entre la electromovilidad y nearshoring ofrece importantes ventajas en términos de negocio que puede impulsar la sostenibilidad y la eficiencia en la industria. Al adoptar vehículos eléctricos en las operaciones de transporte y logística, las empresas pueden reducir las emisiones de carbono, disminuir los costos operativos y mejorar su reputación ante audiencias más consciente de la sostenibilidad. La electrificación de flotas permite una mayor flexibilidad y resiliencia en la cadena de suministro, así como la posibilidad de utilizar energía renovable, lo que se traduce en una mayor rentabilidad a largo plazo.

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