La Asociación Mexicana de Empresas de Seguridad Privada ha invitado a representantes de organizaciones similares de Argentina y Colombia para intercambiar conocimientos y experiencias que ayuden a reducir la inseguridad. Hasta el momento, las entidades convocadas han sido CAPSI y Asosec.
En un contexto en el que las 10 ciudades más violentas del mundo son latinoamericanas, la Asociación Mexicana de Empresas de Seguridad Privada (Amesp) ha iniciado un acercamiento con organizaciones similares de países de la región. Con estos encuentros se pretende intercambiar conocimientos y experiencias de cara a prevenir y combatir la inseguridad en América Latina.
Hasta la fecha, se ha invitado a entidades de Argentina y Colombia. En el caso de la primera, representantes de Amesp estrecharon lazos con el Consejo Argentino para la Seguridad Integrada (CAPSI), representada por el vicepresidente Pablo Correnti, el secretario nacional Edgardo Glavinich, la coordinadora legal Celina Muguruza y el asesor Juan José Vega.
La delegación de CAPSI puso de manifiesto que las políticas públicas no son suficientes para enfrentar las amenazas y los riesgos actuales. Y que, por lo tanto, no están obteniendo los resultados esperados.
Y se puso en valor que, en algunas regiones, las empresas de seguridad privada acaban siendo un auxiliar en el combate a la inseguridad sin obtener el reconocimiento debido. Además, llevan a cabo funciones propias de la seguridad pública para dar respuesta a determinados problemas. Entre ellos, los relacionados con la ciberseguridad.
Por lo que respecta a Colombia, Amesp invitó a Carlos Alfonso Boshell Norman, de la Asociación Colombiana de Seguridad (Asosec). En su presentación, el licenciado informó que el sector de la vigilancia y seguridad privada colombiano aporta el 1,2% del Producto Interno Bruto (PIB) del país. Se trata, pues, de una industria de primer nivel conformada por más 10.500 entes y 380.000 elementos.
De igual modo, Boshell Norman destacó el papel del gremio durante los meses más duros de la pandemia. Un periodo en el que se crearon 40.000 puestos de trabajo en el sector. Y en el que, según el presidente Iván Duque, se subsidió a 120.000 personas a través del Programa de Apoyo al Empleo Formal (PAEF).
